Cuidar los impulsos y las palabras que emitimos ya que estaremos bastante verborrágicos, todo lo que se haya acumulado emocionalmente puede que salga a la luz casi sin filtro, está muy bien expresar más las emociones pero hacerlo para purificarse no con el fin de herir a nadie.
Es interesante aprovechar este tiempo de cuarentena como buena oportunidad para reencontrarse con uno mismo y reconocerse, para cambiar lo que haya que cambiar y entregarse a lo que pide nuestra alma desde siempre, empezar a elevar la frecuencia vibrando desde el amor, para conectar con el propio deseo interno y darnos cuenta de que ya no alcanza sólo con el razonamiento, también a eso que queramos lograr hay que ponerle amor, emoción, pasión y toda la fuerza que surja desde lo más profundo de nuestro ser.
Puede que haya resistencia a los cambios y que aún intentemos retener algunas creencias del pasado, escucharnos más cuando emitimos palabras, ya que nos puede llevar a malos entendidos. Se suele dar por hecho que el otro me entendió cuando le he expresado algo y fantaseamos con que los demás piensan y sienten como uno mismo.
Estar atentos ya que puede haber confusión en los diálogos y por lo tanto en las relaciones, desde ahí, desde esa primera confusión suele surgir la tendencia a juzgar al otro, como que no me entiende, y en realidad debería escucharme más, para identificar cuando no sé cómo expresar lo que estoy sintiendo.
Hay un temor en general a perderse, a desorientarse y eso nos hace estar constantemente pendientes de que todo debe tener una respuesta coherente, un significado lógico, pero hay cosas qué van más allá de lo que logramos comprender, hay que atravesar el miedo a lo desconocido y profundizar más sobre la propia naturaleza.